Lo del libro electrónico no es sólo un modismo,
es una revolución con nombre y apellido, significa una transformación no simplemente
del modo de leer sino del qué leer, y significa también que la cultura ya no
estará del todo pegada a las editoriales, ya no nos harán leer lo que quieren,
habrá -y ya hay- opciones antes
inpublicables por buenas, por malas o por indecorosas. La dictadura de las
grandes editoriales tiene sino los días sí los años contados, quizás como
castigo divino por la basura que comúnmente sacan a la venta.
Pero ese proceso, aunque se ve venir de manera
inmutable, aún está en pañales. El libro electrónico existe, se promociona, se
lee, se vende, pero aún a niveles despreciables. Hay editoriales que tienen sus
libros a la venta en formato digital a un tentador precio de 1.5 euros y se ven
en la necesidad de cerrar sus puertas. Son pocos, en realidad, los que pagan
por los libros electrónicos que leen. La mayoría los consiguen gratis,
proporcionados por editores, autores o bajados de manera ilegal de la red.
En realidad al libro electrónico muchos todavía
no se lo toman en serio -aunque es muy autentico y su impacto será enorme-. Otros
tantos lo ven casi como a los hippies en su tiempo, como una amenaza para el
modo de vida que han llevado y en el que quieren que vivan sus hijos. Y no
faltan desde luego quienes lo ven como una amenaza a su patrimonio. Pero unos y
otros tienen que aceptar que ahí está ya, que no va a marcharse y que tienen que
acostumbrarse a él. El mundo, sobre todo el mundo joven, corre hacia lo nuevo,
hacia la tecnología, y el libro electrónico es parte de ello.
Lo que no se puede decir con mucha certeza es cuándo
se dará el gran cambio, cuándo veremos por las calles a grandes cantidades de
lectores con un kindle o similar en la mano. Porque los lectores electrónicos también están
ayudando mucho. Hace poco leí que en Alemania ya sacaron a la venta uno de plástico
que funciona con pilas y que no supera los 10 euros en costo. Ya no hay para dónde
hacerse, al libro electrónico lo aceptamos o nos convertimos en objetos sin
presencia, en parte del pasado, como las estatuas.
Quizás en un año las cosas hayan cambiado de manera drástica en ese aspecto. Estamos en una época en que todo ocurre muy rápido. A ver cómo está el mundo editorial cuando entremos a la recta final del 2013, dentro de un breve año.
Quizás en un año las cosas hayan cambiado de manera drástica en ese aspecto. Estamos en una época en que todo ocurre muy rápido. A ver cómo está el mundo editorial cuando entremos a la recta final del 2013, dentro de un breve año.
Decían medio en broma medio en serio que lo que le falta al libro electrónico es que permita que los demás sepan lo que estás leyendo (para presumir de tus lecturas en público).
ResponderEliminarIndependientemente de eso, es cierto que cada vez se ven más lectores de libros electrónicos, y también que la mayoría se baja los libros gratis de internet.
Un abrazo!